miércoles, 22 de octubre de 2008

The Walker, de Paul Schrader




The Walker es una película sobre fachadas. En una de las primeras escenas Carter Page (Woody Harrelson) llega a su departamento y asistimos a su ritual diario de desenmascaramiento. Todo su glamour y elegancia desaparecen en un instante cuando, muy cuidadosamente, se saca la peluca y otros accesorios. Debemos tomar muy en serio este movimiento, casi toda la película transcurre en ambientes de una elegancia sobrecargada, donde todo está en su lugar y cada lujoso detalles está cuidado rigurosamente.

Este ambiente es el de la clase política norteamericana, descubrimos durante la película que a esta clase acceden las mismas familias por generaciones y no se hacen diferencias entre republicanos y demócratas, la clase gobernante es una sola y están protegidos por la misma fachada.

La historia gira alrededor de este personaje, un “walker”, acompañante o entretenedor homosexual de las esposas de congresistas y dirigentes políticos, un habitante de estos ambientes de cenas de gala y presentaciones oficiales. En este ambiente hay un homicidio. Las acusaciones salpican a él y a una de estas mujeres. Las motivaciones amorosas o económicas de este homicidio amenazan a los gobernantes de turno. Carter y sus amigas se reúnen habitualmente a jugar canasta.

Este homicidio es también una fachada que nos oculta los miles de homicidios que se cometieron y se siguen cometiendo en la guerra de Irak y en la “lucha contra el terrorismo”. De eso no se habla pero es de lo que se habla todo el tiempo. Una de las jugadoras de canasta interrumpe algún comentario sobre Irak de su compañera y nos avisa: “no vamos a hablar de la guerra”. Todos los personajes (o casi todos) tratarán de cumplir con ese mandato durante toda la película. Pero con esta frase no hace más que poner en evidencia esa ausencia y esto es algo que se va a repetir. El film está lleno de resquicios por donde vemos que las decisiones que esta gente toma en cenas de gala y ambientes glamorosos influyen en la vida de miles de personas. Estos resquicios se van haciendo cada vez más visibles: en una recepción de gala en la embajada colombiana alguien comenta como cambió esa embajada gracias a su apoyo a la invasión a Irak. En su departamento el personaje de Harrelson deja el televisor prendido, el noticiero muestra imágenes de la guerra, está ahí delante pero transcurre en un segundo plano, el diálogo telefónico concentra la atención principal.

Hay un lugar donde la fachada tiene sus mayores grietas, donde Carter se aleja de los decorados y de las miradas que su padre (reconocido dirigente conservador ya muerto) le sostiene desde un cuadro en el living de su casa. Este lugar es junto a su ex novio, un fotógrafo y artista plástico. En su estudio todo está en desorden, ya no se mantiene el orden impoluto y lo vemos trabajar sobre las fotos de prisioneros iraquíes torturados en las cárceles norteamericanas. Aquí Page tiene su punto de contacto con la realidad, se aleja de ese mundo intocable donde el cuerpo nunca está en juego al que pertenece por amistades pero fundamentalmente por legado familiar. Y como pertenecer tiene sus privilegios su integridad física nunca es atacada directamente. El que recibe los golpes, el que pone el cuerpo ante los matones que intentan encubrir el asesinato es su ex novio.

Es notable el trabajo de arte en los ambientes donde se mueve esta clase dominante. Son escenografías recargadas y lujosas pero siempre alejadas de un gusto de “nuevo rico”. Lo mismo ocurre con el vestuario, especialmente el del protagonista.

Estos decorados son acompañados por planos fijos o con movimientos muy cuidados y prolijos, generalmente con angulaciones y alturas normales. La cámara parece cuidar de esta manera la fachada que este ambiente quiere preservar.

Pero Carter no es el único que se corre de este ambiente. El personaje de Kristin Scott Thomas, también sospechada del asesinato, se esconde en el hotel del aeropuerto. Carter la busca, cuando la encuentra la puesta en escena cambia totalmente. Una habitación donde la única decoración es la ventana por donde se ven los aviones aterrizando y despegando, esos aviones que fueron el punto vulnerable de un país intocable, de una fachada intocable. En esta habitación la escenografía es totalmente despojada, paredes blancas desnudas, iluminación más fría y una cámara que ya no es prolija, que no se queda quieta. En este espacio ya no estamos tan seguros, pero tampoco tenemos una fachada que cuidar tan celosamente y la cámara acompaña esta situación.

Los dos personajes tomarán caminos diferentes, uno volverá a su fachada, el otro la abandonará y presenciaremos como desarma esa escenografía, los dos habrán pasado por el miedo de perderlo todo.

sábado, 11 de octubre de 2008

Insomnio Americano

Jim Jarmusch es uno de los directores insomnes del cine independiente. Es esta incapacidad de concebir el sueño lo que lo hace tan peculiar. Su permanente estado de vigilia es reflejado en la mayoría de sus films, o por lo menos en los que se analizarán. Este estado de observación constante de la sociedad le permite al cineasta impregnar sus films con su ideología. Dicha ideología es la que lo mantiene alejado del “Sueño Americano” y del control Hollywoodense. Jarmusch no comparte estos ideales comerciales. Dice el director al respecto: <<“El dinero tendría que estar al servicio del film, no el film al servicio del dinero”>>. (Jim Jarmusch, Itinerarios al vacío T&B editores año 2003).
Es clara su posición a priorizar la obra por sobre el negocio. Su estética minimalista, contraria a la narratividad maximalista de Hollywood es una constante en sus películas, en especial Permanent Vacation su opera prima.
En Permanent Vacation Jim mostrara la disconformidad con el “sueño americano” a través de Allie. Este personaje recorre ámbitos marginales de la ciudad de New York con el solo fin de justificar la tesis del “Insomnio Americano”. No retrata una América triunfadora, heroica, complaciente, sino aquélla que se alimenta de la crisis permanente.
Allie Parker es un personaje vacío emocional y psicológicamente. Lo único que lo diferencia y caracteriza son sus rasgos físicos. Su imagen punk, sus gustos musicales, su forma de ver la vida y a las personas son el único indicio que se recibe de su parte. De forma itinerante pero a la vez cargada con un alto grado de reflexión Jarmusch redescubre una ciudad. Al mismo tiempo que se muestran las ruinas de forma irónica se demuestra la angustia del personaje. Perdido en un mundo que no comprende, al que no tiene apego, por no tener nada propio. En un mundo en que se siente un turista, en constante viaje, en un estado de Vacaciones Permanentes. Parece justificarse a cada instante los dichos por el personaje en off al comienzo de la película. <<“La gente que me conoce me llama Allie. Y esta es mi historia, o al menos parte de ella. […] Para mi las personas que conozco son como habitaciones en las que he pasado un tiempo. Cuando se llega a ellas por primera vez advierto un espacio nuevo, una lámpara, un televisor. Pero al poco tiempo la novedad desaparece. Y entonces comienzo a sentir una sensación creciente de angustia” >>. (Allie Parker Permanent Vacation, 1980).
Este prólogo se desarrollara a lo largo del film, navegando entre personajes dispares y casi sin sentido. Jarmusch muestra ya desde su ópera prima su visión de las situaciones haciendo hincapié en el momento presente del personaje. Que es lo que piensa, que música escucha mientras camina por la calle parece generar mayor interés que lo que acontecerá. Con cada encuentro se distingue una pequeña porción de la vida de Allie. Ya sea con su novia, o con su madre que esta internada en un manicomio, él no demuestra conexión alguna. Parece que la soledad ha marcado su vida, este quizás sea el motivo de su incomunicación con el mundo. Un mundo al que enfrenta siempre manteniendo la distancia y frialdad. Esto queda evidenciado cuando se cruza con un Junkie que cree estar bajo fuego de la guerra de Vietnam. El dialogo se torna superficial e irreal. Misma irrealidad que abunda en el dialogo que mantiene con un saxofonista al que le pide interprete una canción de El Mago de Oz apenas reconocible. Su permanente viaje en la vida es el que lo impulsa a partir. No hay mas excusa que la de seguir adelante. Nada lo ata. No tiene pasado, mucho menos un futuro allí. Ya en la escena final, cargada de una gran simbología, nuestro antihéroe se aleja poco a poco de la costa neoyorkina. La cámara nos muestra desde la popa del barco como se aleja en línea recta poco a poco de la costa. Permanent Vacation fue clasificada como una Road Movie, pero esa clasificación solo sirve para definir uno de los tantos aspectos del director.
Otro aspecto importante y que se ve reflejado en la película es la improvisación del director. Este parece que piensa en el momento lo que sucederá a continuación. Será esta cualidad heredada de su gusto por el Be Bop y el Hip Hop, música en la que prima la improvisación. “Jarmusch entiende el proceso de escritura, de realización del montaje como procesos abiertos. En este sentido hereda un sentido de improvisación jazzística.
Jim siempre alude a las similitudes de composición entre lenguaje poético, la música y el cine”. (Jim Jarmusch, Itinerarios al vacío T&B editores año 2003).
Es sencillo notar las influencias musicales de Jarmusch ya que las mismas son referenciadas en la mayoría de sus films. El mismo Jarmusch define a sus películas como musicales. <<“Para mí la música es la forma artística pura porque comunica algo inmediatamente sin restricción del entendimiento de una lengua. El cine es similar a la música en la medida en que tiene un ritmo. Un ritmo que te emociona durante el tiempo que dura la historia que se cuenta en la película. Lo mismo ocurre en una pieza musical”>> (Jim Jarmusch, Itinerarios al vacío T&B editores año 2003).
Para él, el cuidado de la banda de sonido, no sólo de la banda sonora, es tan importante como la composición de la imagen. El empleo del sonido es enormemente sutil y con él crea diferentes estados de ánimo en el espectador.
Night on Earth es un film en que el trato de la música acompaña las pequeñas historias contadas. Tom Waits un viejo conocido de Jarmusch trabajó esta vez, en la banda sonora de la película. Lo particular en el trabajo de la banda sonora en Night on Earth es como la versión de la misma canción se adapta al globo. Como la misma sabe captar la personalidad de las distintas ciudades donde ocurren los acontecimientos. Cinco relojes nos marcan los diferentes mundos. Los Ángeles, New York, Paris, Roma y Helsinski cada una con su tonalidad particular. Al son del vals Back in the Good Old World Jarmusch pasea por las distintas (y no tanto) vidas de sus habitantes. Jim demuestra que las problemáticas no son tan diferentes entre las distintas culturas. Por este motivo utiliza distintos detalles como vínculos entre los tan dispares personajes. Uno de los vínculos que se utilizo para unir los capítulos fue el color. El cielo de la tarde que oscurece, las luces de los faroles, las calles filmadas en la película se tiñen de azul. A través de esa oscuridad azulada se logra vislumbrar un punto amarillo, un taxi. Estos dos condicionamientos, la noche y el taxi compondrán las cinco historias.
Y es en esta especie de confesionario móvil donde quedan expuestas las similitudes en las problemáticas humanas. Soledad, marginación, solidaridad/insolidaridad, intolerancia, discriminación, la lucha por sobrevivir. Por eso en los distintos escenarios se repiten las mismas estampas desoladas de cada ciudad, de urbe dormida, muerta durante la noche. El taxi se transforma en una metáfora de encuentro y de problemáticas globalizadas. Otras coincidencias entre los cinco episodios es la estructura narrativa. La misma empieza presentando previamente a la ciudad con una serie de planos estáticos de coches estacionados, tiendas cerradas, relojes, plazas, etc. Luego presenta a los personajes que van a ir apareciendo y a compartir ese taxi. Y por último el cuerpo del relato, donde tiene lugar la conversación dentro del automóvil. Esta acción es filmada a partir de planos interiores del taxista y el pasajero. Y por último un diálogo en que se denota un cambio en el estado de ánimo a partir de una reflexión.
Marca característica en el film es también que los personajes tan dispares que se enfrentan tengan algo en común. Ya sea la mala suerte con el sexo masculino como en la primera historia que cuenta con Wynona Ryder conduciendo por las calles de Los Ángeles. Esta recoge en el aeropuerto a una buscadora de talentos (Gena Rowlands).
Sus mundos son completamente distintos al igual que sus anhelos, pero todas las diferencias sociales desaparecen al compartir su problema. Incluso se les escapa un insulto al unísono, detalle por demás gracioso e irónico. Al finalizar su viaje Corky (Wynona) recibe un ofrecimiento de trabajo por parte de su pasajera. Esta rechaza dicho ofrecimiento por el solo hecho que retrasaría su sueño de ser mecánica. En este final Jarmusch deja entrever su posición ideológica (de nuevo) contra la opulencia de Hollywood.
En ese aspecto Ghost Dog: The Way of the Samurai es un fiel reflejo de su ideología y sus influencias. Este film es un crisol cultural creado por Jarmusch. Toda la cultura de su creador fluye y se conjuga, sin excluir, ninguna diferencia cultural aparente. Desde el principio esta obra posee innumerables citas de los gustos personales del director. Desde lo literario como el Hagakure, el libro del samurai (Tsunemoto Yamamoto), Rashomon (Ryunosuke Akutagawa), Frankenstein (Mary Wollstonecraft Shelley) como influyentes en la trama. Hagakure es el libro que con el cual el protagonista marca su moral y sus ideales casi extinguidos en los tiempos modernos. Jarmusch ha admitido estar fascinado por la cultura samurai y la oriental, particularmente la Japonesa. Es sabido su gusto por los films de kung fu y las películas de Yasujiro Ozu. En fin estas distintas influencias fílmicas y culturales van a ser retratadas en Ghost Dog. Es muy notable también en la conjugación final del personaje el parecido con el monstruo Frankenstein. En especial en la escena en que Ghost Dog dialoga con una niña que no parece temerle. Ella logra ver a través de las apariencias y comprende la verdadera esencia del ser, un ser triste que busca su identidad. Este crisol cultural lo completan las referencias al cine de Gángsters, Westerns y la música Hip Hop de RZA. Lo interesante es como Jarmusch logra otra vez vencer las barreras culturales, mostrando las similitudes entre las dispares culturas. Por ejemplo esa nostalgia por las costumbres perdidas con el paso del tiempo, de los Gángsters italianos y los códigos samurai. Esas normas de respeto y honor que al haber sido perdidas fueron llevando a sus culturas a la decadencia. Eso sumado a los paisajes de urbe sucia, de pobreza y marginalidad resalta en el film la crítica constante del director al “Sueño Americano”. Ese “Sueño Americano” que parece una quimera inalcanzable, por su misma naturaleza mitológica. Los códigos usados por la comunidad afroamericana son parecidos a los de respeto que manejaban los antiguos samurai. Esta misma raza parece rescatar lo mejor de las distintas culturas. Sus raperos elijen sobre nombres muy parecido a como lo hacían los indios americanos. He aquí una coincidencia del Western con la cultura Hip Hop. Otra referencia con el género es el duelo final en el que Ghost Dog se enfrenta con su amo, mano a mano como en los mejores films del viejo oeste. O cuando este asesino a sueldo se encuentra con unos cazadores furtivos que acababan de matar un oso. Este les dice que no era temporada de osos a lo que ellos le responden que como quedan pocos de esta especie, había que cargárselos cuando veían uno. También le dicen que no hay muchos negros por la zona… en ese instante Ghost Dog los liquida antes que estos lo ataquen. Luego de esto les dice que en otras culturas el oso era tan importante como las personas. Esta es una clara referencia al racismo y la intolerancia que se vive en los Estados Unidos. Y por último en este análisis, Ghost Dog sirve para terminar de entender la forma de composición de los films de Jarmusch. Una composición poética y metafórica, como cuando luego de haber sido atacado por los mafiosos la cámara termina con un plano detalle de una paloma blanca muerta. Esta simboliza el fin de la paz en la trama y el comienzo del caos personal en el que se ve envuelto el personaje. O la sublimación del idioma, al lograr comprenderse con un inmigrante que solo habla francés demostrando que las fronteras no son un límite. Otra característica es la búsqueda de identidad, búsqueda por la que pasan todos los personajes de Jarmusch. Desde Allie, el rebelde adolescente Neoyorkino, o cualquiera de las cinco historias de Night on Earth y hasta el vengador Yakuza que basa su ideología en los códigos samurai. Esta misma ideología samurai marca todo el film, apareciendo citas en placas negras al estilo de cine mudo. Una muy particular llama la atención: “Nuestro cuerpo recibe la vida de la nada. Existir donde no hay nada le da sentido a la frase la forma es el vacío. Que todas las cosas provienen de la nada le da sentido a la frase el vacío es la forma. No hay que pensar que
estos sean dos cosas distintas” (Ghost Dog: The Way of the Samurai, 1999). Esto habla del valor del vacío y la importancia que toma al poseer esta condición de poder ser llenado por algo de gran importancia. Jarmusch pasa por un proceso parecido en el que él mismo admite querer vaciar a sus personajes de dramatismo o de sentimentalismo. Lo que realmente quiere lograr es que la gente sienta lo que es la vida sin tener que delinear distensiones y tensiones dramáticas. Jarmusch hace un recorrido hacia el vacío mismo de la vida.
Germán González

jueves, 9 de octubre de 2008

Leonera


 Película argentina con protagonista madre soltera presa, hijo preso con ella, ambiente carcelario, lesbianismo, motín y escape con final feliz. Arriesgue puntaje antes de verla: 1 (uno). Película de Hollywood con las mismas características. Arriesgue. 1,25 (uno coma veinticinco). Puntaje para Leonera. Ocho, nueve o algo por el estilo. ¿Cómo hace para mostrarnos todo eso y no caer ni una vez en el lugar común? Desde lo cinematográfico, narrando. Desde la ética, tratando a todos como personas.

 Leonera es la historia de una mujer (o una chica), Julia (Martina Guzmán), que se convierte en otra mujer y de cómo sucede ese cambio. ¿Cómo concentrarnos en esa historia si todo sucede en un ambiente tan pregnante como una cárcel para madres? El recurso visual es el primer plano y los encuadres cerrados. Casi no hay un solo encuadre dentro de la cárcel que no sea o un primer plano o tenga una pared plana, sin perspectiva, de fondo. Este recurso no está acotado al interior de las celdas. En la secuencia de montaje en la que las presas llevan a sus hijos al jardín, el pasillo exterior enrejado está frontal a la cámara. Las muy lindas fotos del exterior de la cárcel que marcan las elipsis usan las diagonales pero sin darles perspectiva a las imágenes. Incluso en un momento la cámara toma el cielo y baja hasta un patio, este plano del cielo es un rectángulo azul sin perspectiva.

Esta regla se vulnera en dos momentos. El primero es cuando la madre de Julia, Sofía (Elli Medeiros), se lleva a Tomás (Tomás Plotinsky), su nieto, a vivir con ella. El otro es la larga secuencia de la salida de Julia al final del film. Esta “perspectiva” que se abre para Tomás y para Julia será la salida definitiva de la prisión.

Además de Julia y Marta (Laura García) no hay otros personajes dentro de la cárcel. El resto de las prisioneras son un personaje colectivo. Por eso de los primeros planos de ella o los planos cerrados de ellas dos pasamos a planos generales del resto. En el momento del motín, después de que Julia es llevada por los guardias a hablar con el director, las acciones son mostradas en plano general. Incluso cuando una de las presas arenga a las demás a revelarse la cámara no se acerca a ella.

 Dice Borges: “Las diferencias locales parecen haber impresionado más a Hollywood que el parecido universal”. Trapero logra lo contrario pero en relación a las personas. Las relaciones entre ellas en la película no están marcadas por la “diferencia local” de estar dentro de una cárcel, sino por el “parecido universal”. Las relaciones que se construyen entre los habitantes de la cárcel son fácilmente reconocibles para cualquiera de nosotros. Son personas tratadas por el director como tales. Antes que guardias y presas son gente que está conviviendo todos los días. Podemos verlo en como el guardia le dice a Julia que se deje de joder y se vaya a dormir con un tono que no es el de la autoridad, sino el de un conocido. En la guardia que “hamaca” a Tomás en la puerta de la celda. En el beso en la fiesta de navidad. Pero como personas están marcadas también por una relación de poder. Esta relación cotidiana nunca pierde de vista que unos son policías y otros presidiarios, la tensión está presente. Lo sentimos cada vez que un guardia le pide a Julia o Marta que haga algo, el “ya voy” primero más suave y luego con más intensidad revela esa tensión.

Claro que las relaciones de poder no están dadas solo por el uniforme. Cuando Julia es una recién llegada, Marta le deja bien claro que ella manda, lo que no quiere decir que su interés amoroso por ella no sea auténtico. Estos matices son los que hacen que esta sea una gran película. Y de la misma forma sutil sabemos que la relación está equilibrada cuando Sofía visita a Julia y le pide cargar al bebé que está cargando Marta. “Está dormido” dice reticente, “No importa, dáselo” casi ordena Julia.

Todo esto conforma ante todo una ética. El director reconoce en estos personajes en situaciones tan ajenas a las nuestras a personas como nosotros. Este hecho fundamental logra una presencia muy fuerte en toda la película, consiguiendo que todo se nos presente absolutamente creíble y real. A pesar de tener muchos tópicos habituales de las películas carcelarias (la escena de acoso y la pelea en las duchas, el motín, el encierro en el calabozo ante el ataque de furia, etc) el hecho de reconocer personas y no personajes nos protege de ver todo esto como un lugar común. Es esto también lo que hace que nuestra ignorancia sobre lo que ocurrió con el homicidio no se transforme en el enigma de la película.

Por último hay una falta de énfasis artificial en la narración. Como en la vida las cosas suceden y no hay una música o una preparación de ningún tipo que nos avise que eso está pasando. Un ejemplo de esto es la relación entre las dos mujeres, simplemente sucede.

Leonera es una película que pinta un mundo que no conocemos sin ser documental, muestra la cárcel sin ser carcelaria, narra ágilmente sin ser hollywoodense y donde se reconoce Argentina sin argentinismos.

miércoles, 8 de octubre de 2008

SCOCORSE y DE NIRO junto una vez más

GENTE HOY VI ESTO EN INTERNET Y ME LEVANTO EL ALMA

"Una de las parejas artísticas más célebres de Hollywood, la formada por el director Martin Scorsese y el actor Robert De Niro, se reunirá por novena vez en la adaptación cinematográfica del libro "I Heard You Paint Houses" (Escuché que pintas casas), que devolverá a ambos al territorio mafioso.
Según anunció la revista Variety, los estudios Paramount serán los encargados de financiar el filme, que volverá a juntar a este tándem desde "Casino", estrenada en 1995.
Scorsese y De Niro colaboraron previamente en "Mean Streets" (1973), "Taxi Driver" (1976), "New York, New York" (1977), "Raging Bull" (1980), "The King of Comedy" (1982), "Goodfellas" (1990) y "Cape Fear" (1991).
El guión de su próximo trabajo en común, basado en la historia de un asesino mafioso del que se sospecha estuvo involucrado en la muerte del líder sindical Jimmy Hoffa, correrá a cargo de Steve Zaillian (Óscar por "Schindler's List", 1993).
De Niro interpretará a Frank "the Irishman" ("el irlandés") Sheeran, al que se le atribuyen más de 25 asesinatos relacionados con la mafia.
Scorserse y De Niro también estarán involucrados en la producción de la cinta, cuyo título hace referencia al término usado por los mafiosos ("pintar la casa") para los asesinatos por encargo y la sangre que salpica las paredes, según explica la publicación.
El libro lo escribió Charles Brandt, que hizo amistad con Sheeran poco antes de la muerte de éste en 2003. Entre los crímenes que Sheeran admitió al autor haber cometido, según se explica en el libro, se encuentra el asesinato de Hoffa, por orden del jefe mafioso Russell Bufalino.
Zaillian colaboró con Scorsese en "Gangs of New York" (2002), que acaba de concluir el rodaje de "Shutter Island", protagonizada por Leonardo DiCaprio, mientras que De Niro terminó recientemente la grabación de "Everybody's Fine", cuyo elenco incluye a Sam Rockwell, Kate Beckinsale y Drew Barrymore"

YO SE QUE MUCHOS DICEN QUE EL CINE DE SCORSESE DE ESTOS ULTIMOS AÑOS NO ES BUENO, YO NO CREO QUE SEA ASI.
PERO EN ESTE INSTANTE NO VOY A ESCRIBIR NI HABLAR DE ESO.
SOLO QUERIA COMUNICAR ESTO QUE PARA MI ES UNA ALEGRIA.

sábado, 4 de octubre de 2008

High Territory

Colorado Territory y High Sierra de Raoul Walsh:

Raoul Walsh fue uno de los directores más prolíficos de la época clásica de Hollywood. Y se caracterizó por la incursión en distintos géneros, habiendo dejado obras valiosas en cada uno de ellos. Para analizar las diferencias entre los géneros de la época resulta útil tomar tomar dos películas de Walsh como Colorado Territory y High Sierra porque la primera es una remake de la segunda en versión Western. Mediante la comparación de las dos películas tal vez se pueda echar luz sobre los elementos propios de estos dos tipos de films.
Desde el comienzo de las dos películas se hace notar la popularidad de los bandidos protagonistas. En la película del Oeste, la figura de este heroe anti-sistema se agiganta por transmisión oral del mito. En High Sierra hay una presencia muy marcada de los medios de comunicación, lo que crea un efecto paranoico en el personaje. Éste es atacado por todos los flancos por tapas de periódicos y parlantes de radio. Y en un frenético montaje encadenado vemos la imposibilidad de escapar del rastreo de la policía asistida por operadoras de teléfono.
Si bien High Sierra no es el exponente más típico del género por tratarse de una obra tardía, no escapa a algunas de sus principales características visuales. A diferencia del Western, donde la acción se resuelve de día y a la vista de todos, la noche es un elemento típico del cine de gangsters. Por lo que escenas que en Colorado Territory suceden de día, como el episodio de la muchacha golpeada por el miembro de la banda, en High Sierra se resuelven de noche. Y la oscuridad también favorece el uso de contraluces en los rostros de los personajes y la introducción de bruma en la secuencia final. Otra de las pequeñas diferencias es, por ejemplo, el modo en que mueren los ayudantes del protagonista. Mientras en High Sierra mueren en un accidente automovilístico en una persecusión, en el Western son colgados públicamente en el ferrocarril por las autoridades. Parece que el castigo también necesita ser público para servir de “ejemplo”.
El ferrocarril es un símbolo en los Western. Marca el final de una época y el comienzo de otra. El fin de los big trails como los mostrados en la primer película de Raoul Walsh con John Wayne y la entrada a la modernidad, la influencia de la “civilización”. Al igual que a estos vaqueros, a la figura del gangster encarnada por Humphrey Bogart tampoco le queda mucho tiempo. High Sierra es una película sobre el gangster en retirada. Tanto del género, por ser una película de los cuarentas, cuando el gangster estaba por ceder paso al Film Noir. Como por el heroe de la película, que está a punto de retirarse y notablemente se halla fuera de contexto. Se aleja de la noche, de las salas de fiestas, los speakesies y bares clandestinos. Para acercarse a un mundo de perros, campesinos y muchachas virginales al que evidentemente no pertenece y que no podrán torcer su destino.
En la importancia de la geografía también High Sierra se aleja de las convenciones del género para acercarse al Western. Priman en la película los espacios abiertos, montañas, desiertos, pueblos despojados de edificios, etc. El modo en que los protagonistas logran salir de prisión también muestra un cambio en el contexto social de los dos géneros. Mientras que en el Western Wes McQueen debe escaparse de la carcel de un modo un tanto complejo y con ayuda externa, en High Sierra Roy Earle consigue un perdón oficial. Lo que demuestra la cercanía del mundo del hampa con las conecciones políticas y el mundo del poder para manipular la ley.
Como es de esperarse en este tipo de películas, High Sierra concluye con la muerte de su protagonista. Si bien su compañera Marie (Ida Lupino) lo acompaña hasta el final y sin colaborar con la policía, el papel femenino en el Western es distinto. Del mismo modo que en, por ejemplo, The Tall Men de Walsh, en Colorado Territory el personaje femenino no solo acompaña, sino que sus acciones hacen avanzar la historia. La muchacha elije compartir el destino trágico del protagonista, con una escena final épica memorable. No llora ni ruega como la de High Sierra sino que trata de ayudar de múltiples formas su amado. Luego de fracasar ofreciendo un soborno a las autoridades les roba el arma y los reduce, al llegar la policía montada no duda el devolver los disparos, que acabarán con la vida de los dos, que mueren tomados de la mano.
Las similitudes entre estas dos películas del mismo director en dos géneros distintos demuestra que por más que la estructura del argumento sea parecida, cada género impone a la película sus elementos específicos. Ya sean relacionados con la trama o con la composición visual o ideológica de la película.
Cristian Sema

miércoles, 1 de octubre de 2008

Leonardo Favio: un repertorio con sentimiento.

por Murciélagasonica

Favio filma desde su elevada conciencia de cine, de realidad y de poesía. Expresa situaciones, personajes, cuentos, destinos, retrata almas y sueños frustrados. Leyendas de pueblo, mitos históricos y biografías desde adentro. Toda su filmografía aporta algo nuevo, algo distinto. Elije con coherencia cada paso de su evolución, de la renovación de un arte en su máximo punto de desarrollo. Cine de autor, con todo el peso de esa palabra. Más allá de la doctrina política y de la llanura sentimental que explota una y mil veces el cine nacional. Refleja desde el lado más auténtico. Sin golpes bajos, sin caer en la mirada absolutista de la sociedad. Él se dedica a transformar imágenes en arte, desde el alma de los personajes, hacia la mirada de esa alma.

Tiene el estilo de unos pocos, inigualablemente argentino, inigualablemente director. La calidad con que impone cada cuadro, la versatilidad con la que maneja la cámara, la estupenda y enriquecedora hazaña de retratar vidas. Su capacidad en la elección de técnicos y actores. Sus acertadas elecciones al momento de filmar.

La substancial nutrición de películas de las que se alimentó dio sus frutos. Se fue enriqueciendo con el poder de los grandes autores del cine europeo. Así en su excelencia por elegir las tomas, el manejo de los silencios, de los ambientes, de los motivos musicales. La eficacia de poner en práctica un montaje desligado de doctrinas y empalmado con inspiración. El trato especial en el manejo de los tiempos y la relevancia al momento de definir los espacios. La intimidad de los personajes implantada con gestos, expresiones y miradas. Europeizado y argentinizado con la más armoniosa coherencia, sin caer en clichés ni en banalidades.

Las inmensas cualidades del director se van desarrollando en las distintas etapas de su filmografía. Su primera trilogía es la que desprende las sensaciones más intensas. Logra captar desde un lado más personal y específico, el inevitable destino de los protagonistas. La componen Crónica de un niño solo, Éste es el romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza y unas pocas cosas más... y El dependiente. Luego, se desase de las situaciones reducidas y apuesta a la conjunto de los motivos. Con Juan Moreira y Nazareno Cruz y el lobo, desmitifica a los protagonistas, a la vez que interna en sus vidas. Soñar soñar se incluye es su mayor aproximación al cine comercial, su peor fracaso en todos los sentidos, por lo menos hasta la recién estrenada remake de Aniceto. Gatica el mono y el documental de Perón, una sinfonía con sentimiento se basan en la realidad biográfica de estos personajes, con la exquisita elección de los hechos para contarla.

Así es la carrera de Leonardo Favio. Así expresa su capacidad artística. Así es el cine de verdad. Próximamente, un análisis, al menos de su primer triología, película por película.