sábado, 11 de abril de 2009

Gus Van Track (Critic's cut)


Desde que salí de ver Bonus Track, de Raúl Perrone, no deja de merodear en mi cabeza una pregunta: ¿Qué trató de mostrar o transmitir el director en este film?
Por empezar tenemos un grupo de jóvenes skaters. Perdón, por empezar tenemos un grupo de jóvenes que “intentan” ser skaters. Perdón otra vez, solo tenemos un grupo de jóvenes. Nada más.

Perrone nos pasea por la vida de estos muchachos mostrando como se tatúan, manteniendo conversaciones que poco interesa al espectador y como patinan, claro está.
Todas estas situaciones están acompañadas, en casi todo el film, por una cámara estática que lo único que logra es el deseo de que alguien la golpee o agite un poco, solo para saber si el camarógrafo está con vida.
El gran problema del film es que no posee ninguna línea narrativa. No hay historia alguna. Solo se muestra las peripecias de estos chicos a bordo de sus skates y como pierden el tiempo día tras día. (Factor que se advierte en varios trabajos cinematográficos estereotipando al adolescente actual).

La película cansa, aburre y sobre todo indigna. ¿Cuál es el motivo de mi indignación? El hecho de que, al parecer, luego del film Paranoid Park de Gus Van Sant se puso de moda hacer films referentes al mundo del skater. Pero estos trabajos solo parecen las escenas que quedaron fuera del original o un collage de imágenes. En Bonus Track se puede ver como unas nubes pasan velozmente frente a la pantalla al igual que lo hace el director estadounidense en su película.
Para finalizar debo decir que aún no estoy seguro de cuál es la respuesta a mi pregunta inicial. Pero de lo que sí estoy muy seguro es del terror que recorre mi cuerpo al enterarme que Bonus Track es solo el comienzo de una trílogia que se termina conformando con 180 Grados y otra película en producción.
Espero sorprenderme con el próximo trabajo de Perrone y no encontrarme con la remake nacional de Elephant.


Nicolás Ponisio.