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miércoles, 1 de octubre de 2008

Leonardo Favio: un repertorio con sentimiento.

por Murciélagasonica

Favio filma desde su elevada conciencia de cine, de realidad y de poesía. Expresa situaciones, personajes, cuentos, destinos, retrata almas y sueños frustrados. Leyendas de pueblo, mitos históricos y biografías desde adentro. Toda su filmografía aporta algo nuevo, algo distinto. Elije con coherencia cada paso de su evolución, de la renovación de un arte en su máximo punto de desarrollo. Cine de autor, con todo el peso de esa palabra. Más allá de la doctrina política y de la llanura sentimental que explota una y mil veces el cine nacional. Refleja desde el lado más auténtico. Sin golpes bajos, sin caer en la mirada absolutista de la sociedad. Él se dedica a transformar imágenes en arte, desde el alma de los personajes, hacia la mirada de esa alma.

Tiene el estilo de unos pocos, inigualablemente argentino, inigualablemente director. La calidad con que impone cada cuadro, la versatilidad con la que maneja la cámara, la estupenda y enriquecedora hazaña de retratar vidas. Su capacidad en la elección de técnicos y actores. Sus acertadas elecciones al momento de filmar.

La substancial nutrición de películas de las que se alimentó dio sus frutos. Se fue enriqueciendo con el poder de los grandes autores del cine europeo. Así en su excelencia por elegir las tomas, el manejo de los silencios, de los ambientes, de los motivos musicales. La eficacia de poner en práctica un montaje desligado de doctrinas y empalmado con inspiración. El trato especial en el manejo de los tiempos y la relevancia al momento de definir los espacios. La intimidad de los personajes implantada con gestos, expresiones y miradas. Europeizado y argentinizado con la más armoniosa coherencia, sin caer en clichés ni en banalidades.

Las inmensas cualidades del director se van desarrollando en las distintas etapas de su filmografía. Su primera trilogía es la que desprende las sensaciones más intensas. Logra captar desde un lado más personal y específico, el inevitable destino de los protagonistas. La componen Crónica de un niño solo, Éste es el romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza y unas pocas cosas más... y El dependiente. Luego, se desase de las situaciones reducidas y apuesta a la conjunto de los motivos. Con Juan Moreira y Nazareno Cruz y el lobo, desmitifica a los protagonistas, a la vez que interna en sus vidas. Soñar soñar se incluye es su mayor aproximación al cine comercial, su peor fracaso en todos los sentidos, por lo menos hasta la recién estrenada remake de Aniceto. Gatica el mono y el documental de Perón, una sinfonía con sentimiento se basan en la realidad biográfica de estos personajes, con la exquisita elección de los hechos para contarla.

Así es la carrera de Leonardo Favio. Así expresa su capacidad artística. Así es el cine de verdad. Próximamente, un análisis, al menos de su primer triología, película por película.