viernes, 26 de septiembre de 2008

David Cronenberg: Escultor de Horrores

Este director canadiense se destacó a lo largo de su carrera por seguir una temática que hace a sus filmes únicos. Lo logró tanto por dentro como por fuera del cine genérico, con presupuestos mínimos y también mediante grandes producciones. Nada evitó que dejara un sello autoral a sus obras.
Todas sus películas tienen como eje de reflección distintos aspectos de cuerpo humano y lo orgánico. “For me the body is the first fact of human existence, so my imagery tends to be very body oriented, my narratives tend to be very body oriented. I’m interested in transformation as well, but not in a very abstract/spiritual sense. Or, at least, not at first. But in a very physical sense” (The Directors, 1999). Pero, por la extensión de este análisis se tomarán cinco de sus filmes para desarrollar dos aspectos. Los dos tópicos escogidos son las enfermedades y la relación entre la tecnología y los cuerpos. Las películas que se utilizarán serán principalmente Rabid, Shivers, The Fly, Videodrome y eXistenZ. Aunque debido a la recurrencia de estas temáticas se mencionarán otros de sus filmes.
En una crítica de The Dead Zone Gustavo Noriega lanza una frase que, aunque extrema, puede servir parcialmente para comenzar a pensar el cine de Cronenberg. Él dice que en las películas del director “los personajes no toman desiciones éticas: decaen, enferman y mueren” (Gustavo Noriega: The Dead Zone, 1992). El cine de Cronenberg empuja a un cuestionamiento sobre los impulsos y características más primarias del hombre, remite a la carne y nuestros órganos, al deseo, al dolor y a la muerte. Es raro que introduzca elementos políticos o ideológicos en sus películas (salvo en contadas ocasiones como en The Dead Zone o brevemente en Rabid) “Mi aproximación a las cosas no tiende a ser política. No estoy tratando de hacer una manifestación política. Estoy pensando que la política es como el arte, un intento de crear orden fuera del caos. […] creo que el arte es demasiado complejo para la política, pero debes probar la política. Y quizás la vida es demasiado compleja para el arte, pero debes intentar el arte.” (Jorge Gorostiza y Ana Perez, 2003). Lo que no significa que no tenga una filosofía y premisas claras que se reflejen en su arte.
Las enfermedades son un tema que se repite en varias de sus películas, con leves variaciones. El director tiene una visión muy original sobre las enfermedades: “Se trata de intentar comprender las interrelaciones entre los organismos, incluso aquellos que percibimos como enfermedades […] creo que la mayoría de las enfermedades se quedarían atónitas si tuvieran la menor idea de que se las considera enfermedades. Es una connotación muy negativa. Para ellas, apoderarse de nuestro cuerpo y destruirlo es algo muy positivo. Es un triunfo. Todo ello forma parte de intentar invertir el entendimiento normal de lo que nos pasa física, psicológica y biológicamente” (Jorge Gorostiza y Ana Perez, 2003).
En sus primeras películas de terror de bajo presupuesto Shivers y Rabid Cronenberg explora a fondo el tema de la transmisión de enfermedades venereas. Aun antes de la irrupción del SIDA en el mundo. Como diría el propio Cronenberg: “[…] So, that was Rabid. And it was about the spread of disease. Which in a way Shivers was as well, and how that affects characters. How a whole city is finally almost brought to its knees by a sexually transmitted disease.” (The Directors, 1999) Pero no debe perderse de vista que esas enfermedades siempre son creadas por científicos, médicos o por causa de avances tecnológicos en sus historias. Y no inventadas por un “científíco loco” sacado de los relatos del cine de ciencia ficción y terror clásico, sino con una voluntad de modificar o mejorar el cuerpo. Cronenberg introduce en su cine la figura del doctor y el ambiente de médicos, enfermeras e instrumental médico es una constante en gran parte de su obra.
Dead Ringers
Rabid
Shivers
Es innegable el caracter sexual de las enfermedades de Shivers y Rabid. En Shivers es mucho más claro porque hasta se puede escuchar la justificación de la creación del virus de la boca de su responsable: “Man is an animal that thinks too much, an overrational animal who’s lost touch with his body and his instincts”. Y por ese motivo el doctor inventó un virus que contagia un deseo sexual irrefrenable a sus víctimas. El contagio se produce mediante el traspaso de un parásito viscoso que se muda de cuerpo en cuerpo. Ya sea mediante la acción del humano portador, o por la voluntad del parásito, que tiene vida propia también afuera del cuerpo que lo aloja. El concepto de criatura que necesita un “huesped” es muy similar al de Alien, aunque Shivers es anterior. La película concluye con un éxodo masivo de los contagiados a las afueras de la ciudad, lo que supone que se está a punto de cambiar el comportamiento de toda la sociedad. Y, sobre todo en las últimas escenas, se pone el acento en que para los enfermos no hay distinción de sexos, edades o lazos sanguineos a la hora del placer.
En Rabid, si bien no es tán explícito el factor sexual, tampoco es dificil reponerlo. En el modo de contagio hay una inversión del rol sexual del hombre y la mujer, ya que la protagonista, que es la primer infectada, propaga la enfermedad por medio de la penetración. Lo hace por medio de un aguijón que sale de su axila y que se formó por una infección de un experimental injerto de piel que le fue colocado. Y el aguijón sale de un agujero sugestivamente parecido a una vagina en su forma, dando por resultado un nuevo órgano sexual hermafrodita. No es menor el detalle de que la actriz protagonista y portadora de la enfermedad es Marilyn Chambers (la actriz pornográfica de la XXX de culto de los setentas Behind the Green Door).

Aguijon de Rabid
Parásito de Shivers

En The Fly la “enfermedad” de Jeff Goldblum también es “contagiada” por la acción de un experimento científico. Y en un modo similar a la de Rabid, ésta también causa el goce del enfermo, hasta que luego siente las consecuencias de la maldición. Pero la metáfora utilizada por Cronenberg cambia en esta película. No se trata de una enfermedad venerea, sino que el director está hablando sobre el envejecimiento. Dice que “estamos básicamente ante una historia de amor que condensa, con ayuda de la premisa “fantástica” de la fusión molecular, una relación de cuarenta años en unas pocas semanas. Es lo que ocurre cuando en una pareja de amantes uno de ellos enferma gradualmente: la “monstruosidad” es una metáfora del cancer o, si se prefiere, de la decrepitud física que se nota mucho cuando uno es mayor que el otro” (Jorge Gorostiza y Ana Perez, 2003). The Fly se trata de una remake de un clásico Clase B de terror protagonizado por Vincent Price. Pero el enfoque es totalmente distinto en ambas versiones. En la de 1958 luego de la mutación Vincent Price sale del pod transformado de una vez de forma definitiva. En cambio, en la de Cronenberg hay una especial atención a la degradación del personaje de Seth Bundle hasta convertirse en “Bundlemosca”. Y, siguiendo con la metáfora del envejecimiento, es notable cómo las primeras marcas de la mutación son pelos duros en lugares inusuales, manchas en la cara, y luego el uso de un bastón. La de 1958 muestra un Vincent Price con máscara y brazo de mosca erguido, decidido ante su muerte y amenazante. Mientras que la mosca de Cronenberg es pura viscosidad, baba y debe arrodillarse para pedir su sacrificio a su amada. En esta última ya no queda rasgo alguno de humanidad, no se conservan vestimentas y finalmente pierde el habla. Al igual que Videodrome, Dead Ringers y otras películas del director, cuenta con un final trágico, que será otra de las marcas autorales de Cronenberg.

The Fly de Cronenberg
The Fly de Kurt Neumann

En dos películas separadas por casi veinte años como Videodrome y eXistenZ, Cronenberg basa sus temáticas en el poder de la tecnología y su influencia en el cuerpo humano. En el caso de Videodrome la televisión por cable y el VHS, en el de eXistenZ los video-juegos. En las dos utiliza relatos que se complejizan progresivamente, hasta el punto de hacer dudar al espectador sobre qué es real y qué es una ilusión. Pero el valor de Videodrome no es tanto el de su trama de conspiraciones, sino la “imaginería” que crea Cronenberg para transladarnos a ese mundo fantástico y terrorífico.
Las pesadillas cinematográficas favoritas del canadiense tienen que ver con la bio-tecnología, donde lo orgánico y los objetos no se diferencian. Al contrario, se unen, interactúan y dependen uno del otro. Videodrome es una de sus producciones más rica en este tipo de imágenes. En la que junto a su equipo de efectos especiales esculpe monstruos que atacan el inconciente del espectador. Entre los que se encuentran: Los VHS que respiran y gimen, una TV que es azotada con un látigo, una pistola y una granada que se funden con el brazo del portador, etc.

Pero nada de esto sorprenderá al fanático del director, ya que cosas asi también pueden observarse en otras de sus películas. Como, por ejemplo, la máquina de escribir/cucaracha de Naked Lunch y el instrumental ginecológico “para mujeres mutantes” de Dead Ringers.
Dead Ringers
Naked Lunch

El poder destructor de la mente ya se había evidenciado en Scanners del director, donde se ven explotar cabezas gracias a la telequinesis. Pero en Videodrome y eXistenZ los estímulos mentales que operan sobre el cuerpo de los usuarios vienen de máquinas y no de otro ser humano. En el caso de la primera, la exposición a imágenes extremadamente violentas crea un tumor cerebral en el espectador. Lo que provoca alucinaciones, paranoia y la pérdida la razón. En eXistenZ, un juego de realidad virtual que se conecta directamente en la espina dorsal del usuario mediante una especie de cordón ubilical. Y en esas realidades alternas los personajes se pierden, en el caso de Videodrome llevando al protagonista a su autodestrucción, en el caso de eXistenZ a no poder salir de esa realidad virtual.
Y si se quiere ir más lejos relacionando a estas dos películas debe decirse que en las dos, mediante orificios no naturales, los protagonistas son penetrados. Se invierte la situación de Marilyn Chambers en Rabid. En el caso de Videodrome el protagonista introduce objetos en una boca/vagina en su estómago. Y en eXistenZ los jugadores se conectan mediante un agujero en la médula, que dependiendo del momento hay que lubricar y puede infectarse (otra vez la relación con la enfermedad). Con respecto a estas nuevas zonas erógenas se pueden recordar las palabras de Cronenberg cuando dice “El ser humano podría intercambiar sus órganos sexuales, o conseguir funcionar en la procreación sin órganos sexuales en cuanto tales. Somos libres para desarrollar distintas clases de órganos que nos proporcionan placer, y que no tienen nada que ver con el sexo. La distinción entre hombre y mujer se reduciría, y tal vez nos convertiríamos en criaturas menos polarizadas y más integradas.” (Chris Rodley, 2000)
Videodrome
eXistenZ
A lo largo de este escrito se vió que algunos de los elementos tratados por el director son moscas, parasitos, aguijones, etc. Lo que supone un gran conocimiento del mundo animal. Ésto no es extraño porque la ciencia fue su pasión en la juventud y llegó a estudiarla en la Universidad: “La química era más interesante porque estaba relacionada con el cuerpo; no sólo el cuerpo humano, sino el de todo el planeta. Me encantaba la botánica. Me encantaba el intercambio de fluidos y plantas. Todas esas cosas.[…]” (Jorge Gorostiza y Ana Perez, 2003)
Las imágenes de mutaciones y degradación que se ven en varias de sus películas no provienen solo de la imaginación del director, sino que éste confesó ser admirador del arte de Francis Bacon. “Adoro la pintura de Bacon. Tengo gran afinidad con ella”. (Grünberg, 2000:185). En los cuadros de este pintor hay una distorsión de los cuerpos, que no solo es física, sino que, como explica Argan “de toda su obra se desprende que no cree en la elección ni en la salvación sino en la degradación y la caída de la humanidad.”” (Jorge Gorostiza y Ana Perez, 2003). Y al conocer la afición de Cronenberg por el surrealismo y tomando varios de los conceptos expuestos en sus películas, no sería raro que estuviese influenciado también por el arte de H.R.Giger. Sobre todo teniendo en cuenta que no es un director cinéfilo, sino que toma influencias principalmente de la literatura y las artes plásticas.
Francis Bacon
H.R. Giger

Esta fusión entre la tecnología y el cuerpo humano que muestra Cronenberg parece haber ejercido una gran influencia en varios artistas cyberpunks. Especialmente en los más revolucionarios exponentes de esta corriente surgidos en Japón, como Shinya Tsukamoto, autor de Tetsuo, The Iron Man. Y la mutación de los cuerpos está muy presente en la olvidada (¿Tal vez con razón?) pero “entrañable” Society de Brian Yuzna.
Tetsuo, The Iron Man de Shinya Tsukamoto
Society de Brian Yuzna
Autor: Cristian Sema

3 comentarios:

Sole Lila dijo...

GROSOOOOOOOOOO
Sr. Metalian agradezco con todo el énfasis su gran clase cronenbergiana... IMPECABLE
No se atreva a modificar la extensión y hasta casi le diría las citas - para eso está el traductor de google - MODO OFF

su nota es una maravilla
saludos

undisparoalcine dijo...

A) no se me hizo larga.
B) mi ingles es medio pobre pero bueno voy a ver eso del traductor de google q dice la murcielaga.
C) Nunca vi nada, pero bueno, esto parece interesante, mu gusto el trabajo de investigacion que hay detras del analisis de las dist obras del director, se nota que te gusto y no quedasti si no q fuiste bastante mas alla.

Anónimo dijo...

Usted no ha visto la versión de "The Fly" de Kurt Neumann, verdad?. Si la hubiese visto sabría que Vincent Price es un secundario en ella, y que en ningún caso sufre ningún tipo de experimento en sus carnes, ni se transforma en nada.

Por lo demás, un buen artículo.