sábado, 11 de octubre de 2008

Insomnio Americano

Jim Jarmusch es uno de los directores insomnes del cine independiente. Es esta incapacidad de concebir el sueño lo que lo hace tan peculiar. Su permanente estado de vigilia es reflejado en la mayoría de sus films, o por lo menos en los que se analizarán. Este estado de observación constante de la sociedad le permite al cineasta impregnar sus films con su ideología. Dicha ideología es la que lo mantiene alejado del “Sueño Americano” y del control Hollywoodense. Jarmusch no comparte estos ideales comerciales. Dice el director al respecto: <<“El dinero tendría que estar al servicio del film, no el film al servicio del dinero”>>. (Jim Jarmusch, Itinerarios al vacío T&B editores año 2003).
Es clara su posición a priorizar la obra por sobre el negocio. Su estética minimalista, contraria a la narratividad maximalista de Hollywood es una constante en sus películas, en especial Permanent Vacation su opera prima.
En Permanent Vacation Jim mostrara la disconformidad con el “sueño americano” a través de Allie. Este personaje recorre ámbitos marginales de la ciudad de New York con el solo fin de justificar la tesis del “Insomnio Americano”. No retrata una América triunfadora, heroica, complaciente, sino aquélla que se alimenta de la crisis permanente.
Allie Parker es un personaje vacío emocional y psicológicamente. Lo único que lo diferencia y caracteriza son sus rasgos físicos. Su imagen punk, sus gustos musicales, su forma de ver la vida y a las personas son el único indicio que se recibe de su parte. De forma itinerante pero a la vez cargada con un alto grado de reflexión Jarmusch redescubre una ciudad. Al mismo tiempo que se muestran las ruinas de forma irónica se demuestra la angustia del personaje. Perdido en un mundo que no comprende, al que no tiene apego, por no tener nada propio. En un mundo en que se siente un turista, en constante viaje, en un estado de Vacaciones Permanentes. Parece justificarse a cada instante los dichos por el personaje en off al comienzo de la película. <<“La gente que me conoce me llama Allie. Y esta es mi historia, o al menos parte de ella. […] Para mi las personas que conozco son como habitaciones en las que he pasado un tiempo. Cuando se llega a ellas por primera vez advierto un espacio nuevo, una lámpara, un televisor. Pero al poco tiempo la novedad desaparece. Y entonces comienzo a sentir una sensación creciente de angustia” >>. (Allie Parker Permanent Vacation, 1980).
Este prólogo se desarrollara a lo largo del film, navegando entre personajes dispares y casi sin sentido. Jarmusch muestra ya desde su ópera prima su visión de las situaciones haciendo hincapié en el momento presente del personaje. Que es lo que piensa, que música escucha mientras camina por la calle parece generar mayor interés que lo que acontecerá. Con cada encuentro se distingue una pequeña porción de la vida de Allie. Ya sea con su novia, o con su madre que esta internada en un manicomio, él no demuestra conexión alguna. Parece que la soledad ha marcado su vida, este quizás sea el motivo de su incomunicación con el mundo. Un mundo al que enfrenta siempre manteniendo la distancia y frialdad. Esto queda evidenciado cuando se cruza con un Junkie que cree estar bajo fuego de la guerra de Vietnam. El dialogo se torna superficial e irreal. Misma irrealidad que abunda en el dialogo que mantiene con un saxofonista al que le pide interprete una canción de El Mago de Oz apenas reconocible. Su permanente viaje en la vida es el que lo impulsa a partir. No hay mas excusa que la de seguir adelante. Nada lo ata. No tiene pasado, mucho menos un futuro allí. Ya en la escena final, cargada de una gran simbología, nuestro antihéroe se aleja poco a poco de la costa neoyorkina. La cámara nos muestra desde la popa del barco como se aleja en línea recta poco a poco de la costa. Permanent Vacation fue clasificada como una Road Movie, pero esa clasificación solo sirve para definir uno de los tantos aspectos del director.
Otro aspecto importante y que se ve reflejado en la película es la improvisación del director. Este parece que piensa en el momento lo que sucederá a continuación. Será esta cualidad heredada de su gusto por el Be Bop y el Hip Hop, música en la que prima la improvisación. “Jarmusch entiende el proceso de escritura, de realización del montaje como procesos abiertos. En este sentido hereda un sentido de improvisación jazzística.
Jim siempre alude a las similitudes de composición entre lenguaje poético, la música y el cine”. (Jim Jarmusch, Itinerarios al vacío T&B editores año 2003).
Es sencillo notar las influencias musicales de Jarmusch ya que las mismas son referenciadas en la mayoría de sus films. El mismo Jarmusch define a sus películas como musicales. <<“Para mí la música es la forma artística pura porque comunica algo inmediatamente sin restricción del entendimiento de una lengua. El cine es similar a la música en la medida en que tiene un ritmo. Un ritmo que te emociona durante el tiempo que dura la historia que se cuenta en la película. Lo mismo ocurre en una pieza musical”>> (Jim Jarmusch, Itinerarios al vacío T&B editores año 2003).
Para él, el cuidado de la banda de sonido, no sólo de la banda sonora, es tan importante como la composición de la imagen. El empleo del sonido es enormemente sutil y con él crea diferentes estados de ánimo en el espectador.
Night on Earth es un film en que el trato de la música acompaña las pequeñas historias contadas. Tom Waits un viejo conocido de Jarmusch trabajó esta vez, en la banda sonora de la película. Lo particular en el trabajo de la banda sonora en Night on Earth es como la versión de la misma canción se adapta al globo. Como la misma sabe captar la personalidad de las distintas ciudades donde ocurren los acontecimientos. Cinco relojes nos marcan los diferentes mundos. Los Ángeles, New York, Paris, Roma y Helsinski cada una con su tonalidad particular. Al son del vals Back in the Good Old World Jarmusch pasea por las distintas (y no tanto) vidas de sus habitantes. Jim demuestra que las problemáticas no son tan diferentes entre las distintas culturas. Por este motivo utiliza distintos detalles como vínculos entre los tan dispares personajes. Uno de los vínculos que se utilizo para unir los capítulos fue el color. El cielo de la tarde que oscurece, las luces de los faroles, las calles filmadas en la película se tiñen de azul. A través de esa oscuridad azulada se logra vislumbrar un punto amarillo, un taxi. Estos dos condicionamientos, la noche y el taxi compondrán las cinco historias.
Y es en esta especie de confesionario móvil donde quedan expuestas las similitudes en las problemáticas humanas. Soledad, marginación, solidaridad/insolidaridad, intolerancia, discriminación, la lucha por sobrevivir. Por eso en los distintos escenarios se repiten las mismas estampas desoladas de cada ciudad, de urbe dormida, muerta durante la noche. El taxi se transforma en una metáfora de encuentro y de problemáticas globalizadas. Otras coincidencias entre los cinco episodios es la estructura narrativa. La misma empieza presentando previamente a la ciudad con una serie de planos estáticos de coches estacionados, tiendas cerradas, relojes, plazas, etc. Luego presenta a los personajes que van a ir apareciendo y a compartir ese taxi. Y por último el cuerpo del relato, donde tiene lugar la conversación dentro del automóvil. Esta acción es filmada a partir de planos interiores del taxista y el pasajero. Y por último un diálogo en que se denota un cambio en el estado de ánimo a partir de una reflexión.
Marca característica en el film es también que los personajes tan dispares que se enfrentan tengan algo en común. Ya sea la mala suerte con el sexo masculino como en la primera historia que cuenta con Wynona Ryder conduciendo por las calles de Los Ángeles. Esta recoge en el aeropuerto a una buscadora de talentos (Gena Rowlands).
Sus mundos son completamente distintos al igual que sus anhelos, pero todas las diferencias sociales desaparecen al compartir su problema. Incluso se les escapa un insulto al unísono, detalle por demás gracioso e irónico. Al finalizar su viaje Corky (Wynona) recibe un ofrecimiento de trabajo por parte de su pasajera. Esta rechaza dicho ofrecimiento por el solo hecho que retrasaría su sueño de ser mecánica. En este final Jarmusch deja entrever su posición ideológica (de nuevo) contra la opulencia de Hollywood.
En ese aspecto Ghost Dog: The Way of the Samurai es un fiel reflejo de su ideología y sus influencias. Este film es un crisol cultural creado por Jarmusch. Toda la cultura de su creador fluye y se conjuga, sin excluir, ninguna diferencia cultural aparente. Desde el principio esta obra posee innumerables citas de los gustos personales del director. Desde lo literario como el Hagakure, el libro del samurai (Tsunemoto Yamamoto), Rashomon (Ryunosuke Akutagawa), Frankenstein (Mary Wollstonecraft Shelley) como influyentes en la trama. Hagakure es el libro que con el cual el protagonista marca su moral y sus ideales casi extinguidos en los tiempos modernos. Jarmusch ha admitido estar fascinado por la cultura samurai y la oriental, particularmente la Japonesa. Es sabido su gusto por los films de kung fu y las películas de Yasujiro Ozu. En fin estas distintas influencias fílmicas y culturales van a ser retratadas en Ghost Dog. Es muy notable también en la conjugación final del personaje el parecido con el monstruo Frankenstein. En especial en la escena en que Ghost Dog dialoga con una niña que no parece temerle. Ella logra ver a través de las apariencias y comprende la verdadera esencia del ser, un ser triste que busca su identidad. Este crisol cultural lo completan las referencias al cine de Gángsters, Westerns y la música Hip Hop de RZA. Lo interesante es como Jarmusch logra otra vez vencer las barreras culturales, mostrando las similitudes entre las dispares culturas. Por ejemplo esa nostalgia por las costumbres perdidas con el paso del tiempo, de los Gángsters italianos y los códigos samurai. Esas normas de respeto y honor que al haber sido perdidas fueron llevando a sus culturas a la decadencia. Eso sumado a los paisajes de urbe sucia, de pobreza y marginalidad resalta en el film la crítica constante del director al “Sueño Americano”. Ese “Sueño Americano” que parece una quimera inalcanzable, por su misma naturaleza mitológica. Los códigos usados por la comunidad afroamericana son parecidos a los de respeto que manejaban los antiguos samurai. Esta misma raza parece rescatar lo mejor de las distintas culturas. Sus raperos elijen sobre nombres muy parecido a como lo hacían los indios americanos. He aquí una coincidencia del Western con la cultura Hip Hop. Otra referencia con el género es el duelo final en el que Ghost Dog se enfrenta con su amo, mano a mano como en los mejores films del viejo oeste. O cuando este asesino a sueldo se encuentra con unos cazadores furtivos que acababan de matar un oso. Este les dice que no era temporada de osos a lo que ellos le responden que como quedan pocos de esta especie, había que cargárselos cuando veían uno. También le dicen que no hay muchos negros por la zona… en ese instante Ghost Dog los liquida antes que estos lo ataquen. Luego de esto les dice que en otras culturas el oso era tan importante como las personas. Esta es una clara referencia al racismo y la intolerancia que se vive en los Estados Unidos. Y por último en este análisis, Ghost Dog sirve para terminar de entender la forma de composición de los films de Jarmusch. Una composición poética y metafórica, como cuando luego de haber sido atacado por los mafiosos la cámara termina con un plano detalle de una paloma blanca muerta. Esta simboliza el fin de la paz en la trama y el comienzo del caos personal en el que se ve envuelto el personaje. O la sublimación del idioma, al lograr comprenderse con un inmigrante que solo habla francés demostrando que las fronteras no son un límite. Otra característica es la búsqueda de identidad, búsqueda por la que pasan todos los personajes de Jarmusch. Desde Allie, el rebelde adolescente Neoyorkino, o cualquiera de las cinco historias de Night on Earth y hasta el vengador Yakuza que basa su ideología en los códigos samurai. Esta misma ideología samurai marca todo el film, apareciendo citas en placas negras al estilo de cine mudo. Una muy particular llama la atención: “Nuestro cuerpo recibe la vida de la nada. Existir donde no hay nada le da sentido a la frase la forma es el vacío. Que todas las cosas provienen de la nada le da sentido a la frase el vacío es la forma. No hay que pensar que
estos sean dos cosas distintas” (Ghost Dog: The Way of the Samurai, 1999). Esto habla del valor del vacío y la importancia que toma al poseer esta condición de poder ser llenado por algo de gran importancia. Jarmusch pasa por un proceso parecido en el que él mismo admite querer vaciar a sus personajes de dramatismo o de sentimentalismo. Lo que realmente quiere lograr es que la gente sienta lo que es la vida sin tener que delinear distensiones y tensiones dramáticas. Jarmusch hace un recorrido hacia el vacío mismo de la vida.
Germán González

2 comentarios:

ignaiza dijo...

Ah,pero te encanta jarmusch y se nota mucho, contagia mucho, esta bueno eso.

ignacio

Sole Lila dijo...

Sr. Germán,
Gran final el que le dió a su crítica. Soy admiradora del Sr. Jaramush y leer su nota fue un gran recorrido nostálgico por la carrera de aquel esteta minimalista, como bien lo llamá usted.
Excelentes observaciones las que realizó
Un beso