

Tal como lo hizo Vertov en El hombre de la cámara, Pelechian fuerza mediante el montaje la retórica de las imágenes. Disocia la narración con diferentes recursos entre los cuales se encuentra el montaje, la aceleración de las imágenes y el sonido agregado, cuasi operístico. “El corte, el pegado, la unión, el salto. Tales colisiones, tales substituciones o tales asociaciones de planos hechas en la mesa de montaje primero y en la pantalla mental del espectador después fabrican mejor que durante el rodaje, los efectos de ruptura o de irrupción.”[1]
Pelechian trabaja principalmente con el montaje. La prioridad no está en la puesta en escena. El director trabaja en sus documentales con material encontrado, Found footage, o sea imágenes recicladas, que toman un nuevo sentido al ser montadas (o re-montadas). Siendo el montaje una operación mental, la misma puede ser reversible, borrable o reinscribible. Lo indispensable se vuelve relativo y da lugar a lo aleatorio e incluso al juego. Se aceleran las imágenes con música de circense, remontando al comienzo del cine y sus raíces de feria. Pelechian juega con el cinematógrafo y sus posibilidades, revisando la esencia misma del cine. End of the Century, a diferencia de otros documentales del director, posee material propio. Material generado por el mismo Pelechian. Las escenas en cuestión son las que muestran a los cosmonautas soviéticos siendo recibidos y aclamados por la multitud luego de su travesía espacial. El cine no puede despegarse de la posición política. Queriendo evitar la política o tomando partida de la misma, el cine siempre roza el pensamiento político ya que es un espectáculo de masas. En End of the Century se muestra a una URSS activa, potente y próspera. Las imágenes del pueblo festejando el regreso de sus héroes, intercalado con las imponentes imágenes de los cohetes soviéticos, las gigantescas maquinarias que los contienen y el funcionamiento colectivo de los científicos que lo regulan. La fascinación mecánica y sincronización demuestra una conjunción sublime entre el hombre y la máquina. Esa conjunción en la que el hombre extiende sus posibilidades con extensiones mecánicas. Para alcanzar los cielos o capturar la luz. Las grandilocuentes naves espaciales funcionan como metáforas de un cine que evoluciona técnica e industrialmente de manera descomunal.
[1] El porvenir del hombre, (en torno al hombre de la cámara) Trafic Nº 15- 1995
Germán J. González Sosa
(también sobre Film ist de Gustav Deutsch)
por ignaiza
En el medio de todo eso estuvieron las imágenes y están ahora los recuerdos de las imágenes. O sea, algunos animales en cámara lenta, respirando, saltando o corriendo. Escenas, un tanto siniestras, de visitas al médico en alguna época que no es esta. Un auto estrellándose contra una pared para realizar un experimento. Música electrónica o ruidosa. Más cámaras lentas con cosas que se rompen.
Parecería bastante poco. Eso se debe a que es bastante poco. No parece suficiente para armar el recuerdo de una película, posiblemente por lo que mi cabeza espera como recuerdo de una película. Está claro que no hay un argumento por reconstruir, pero también es difícil abandonarse a un disfrute absolutamente plástico porque lo que vemos es fácilmente reconocible en el mundo, es difícil sacarle sentido, una visita al médico es una visita al médico. En los movimientos en cámara lenta sí podemos encontrar algo que no está en el mundo tangible, pero es algo que está en nuestra cotidianeidad: la cámara lenta ya no es una imagen pregnante o misteriosa en sí. Sin embargo tiene esa característica de hacernos creer que nos estamos asomando a la revelación de un misterio: cómo realmente vuela un ave, qué pasa realmente cuando choca un auto. Puede ser que el film tenga algo de esa visión curiosa, algo de asomarse a diferentes realidades inesperadas con visiones inesperadas.
Esta hipótesis se cae ante las imágenes menos pregnantes. Pero queda en pie la palabra “inesperado”. La cuestión parece pasar por el contexto en el que las cosas se muestran, son imágenes inesperadas para un film que podemos llamar de ficción o, al menos, no documental ni informativo. Aparece algo donde debería haber otra cosa (o nada) y es el mismo hecho de mostrarlo ahí lo que lo autoriza a estar ahí. Para los que no nos imaginaríamos una película hecha de estos recortes, el hecho de verla la hace imaginable. Casi como cuando alguien dice una buena idea y uno siente que ya lo había pensado pero no había terminado de armarlo en su cabeza. Film ist le agrega a la realidad la posibilidad de una película hecha de pedazos inesperados como punto de partida para, por ejemplo, un texto en un lugar donde no había nada que decir.
(también sobre "Mechanicals Principles" Ralph Steiner 1930 )
por ignaiza
¿Pueden unas flores en descomposición seguir manteniendo la belleza adquirida en su cenit de florecimiento? A primera vista no e incluso resultaría chocante y desagradable principalmente en el punto donde deja en evidencia la primavera perdida, la ausencia de frescura. Flaming Creatures es una impresión visual chocante, de una aristocracia en decadencia, desnaturalizada y parodiada mediante una representación de lo grotesco. Sexualidades confusas e invertidas repiten un riguroso protocolo de producción personal. Rouge, vestidos de fiesta y genitales masculinos ubicados cuidadosamente en el encuadre. El film oscila entre la quietud pictórica y el caos de la cámara. Está comienza a moverse junto con los personajes. La cámara pierde el control, como el film el sentido. La luz juega con la desorientación y las imágenes se vuelven abstractas. Entre luces, sombras, objetos apenas distinguibles y flores se ve una violación. La cámara participa, se acerca, destruye la perspectiva. Solo vemos partes del cuerpo, extremidades enredadas entre sí. Lo cruento, lo desagradable se estetiza. Se vuelve aceptable, al perder la forma, al no intentar ser real ni tener un sentido. Después, muerte, una vamp y sexo. La película de J. Smith carece de un argumento pero responde a pulsiones básicas. La pasión, la locura, el sexo como su más simple expresión “solo sexo” son carencias. Carencias de orden moral, de razón y de sentimientos. Carencias de dirección, de sentido, de orientación tal como nos muestra el film. Entonces ¿el film es bello porque remite a todo eso que no tiene? No, el film construye su propia belleza resignificando sus imágenes. Es la belleza de lo perverso, de lo sádico. El film logra disfrutar con la carencia, con el desarraigo del sentido y le da una posibilidad al espectador de gozar aunque sea por 50 minutos de esa belleza que en la vida personal y publica, se priva.
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Pequeños engranajes funcionando sin parar. Mecanismos dotados de una sincronización tan irritantemente exacta como repetitiva. Sin dudas es la primera impresión que causa Mechanical Principles. Los pequeños engranajes, tuercas y demás componentes giran absortos carentes de sentido y de voluntad. Su labor está restringida al cumplimiento de una función para conseguir un bien mayor. Un bien colectivo. Un funcionamiento colectivo. La fascinación de la mirada en micro logra desactivar el sentido general de la función de esos mecanismos. No diferenciamos qué clase de artefacto está funcionando, solo vemos sus componentes en acción. Nos desplazamos de la postura de juzgar el todo y nos vemos tratando de interpretar la mínima fracción del mismo. Y en ese momento los constantes movimientos autómatas empiezan a cobrar una belleza inusitada. Los movimientos circulares, la conexión e interacción con otras partes del mecanismo conjugan una danza que alcanza la belleza estética. La misma del baile en sí. Los vaivenes y conjunciones de los engranajes entre sí, sumado a los movimientos verticales, en espiral y horizontales dan uso a todo el espacio dentro de la pantalla sumado al sonido que acompaña al movimiento dando una armonía ideal para el goce visual.
Germán González
*El agua en el cine de Shyamalan:
Éste elemento posee diversas funciones y simbolismos, sumamente importantes, en tres Films de Shyamalan: El Protegido, Señales y La Dama en el Agua.
El agua siempre ha sido un elemento al que se le adjudica varios valores y significados. También es conocida por la devoción que le tiene la cultura hindú. Esto se debe a que los hindúes se purifican sumergiéndose en el río Ganges. Es un claro ejemplo de por qué este director lo emplea, en reiteradas ocasiones, en sus trabajos.
En el caso de El Protegido, es utilizada como la debilidad de David Hume (Bruce Willis). El film da cuenta de ello cuando el personaje cae a una piscina, de la cual no puede emerger. El agua es lo único en el mundo que lo afecta. Es su “kriptonita” personal.
En Señales ocurre algo similar. Las criaturas que amenazan al planeta no tienen debilidad alguna salvo el agua. La característica de este elemento, el hacer vulnerable a ciertos seres vivos, que son prácticamente invencibles o que carecen de debilidad, concuerda con la definición de Lao Tsé, respecto al poder que posee.
“Nada en el mundo es más blando y más débil que el agua, más ¡no hay nada como el agua para erosionar lo duro y lo fuerte! (…) que lo débil venza a lo fuerte y lo blando venza a lo duro, es algo que todos conocen pero nadie practica” (2).
Respecto a La Dama en el Agua, este elemento se presenta de 2 formas distintas: como espacio conector y, nuevamente, como vulnerabilidad en otros seres. El personaje de Story (B. D. Howard) es una ninfa acuática que debe volver al lugar al que pertenece. Ella logra llegar al mundo real a través, claro está, del agua. Es aquí como el agua actúa como elemento conductor entre los dos mundos.Shyamalan toma el agua y la revaloriza despojándola de un concepto y significado original y reinterpretándola. El grado referencial de ésta es eliminado concediéndole una nueva función. Culturalmente es considerado un elemento esencial para la vida. No es casualidad que el director utilice este elemento, que representa el 80% del planeta, a veces como una amenaza y, en otras ocasiones, como defensa de la humanidad. Esta es una contraposición que él utiliza para destacar la importancia que el agua representa.
Nicolás Ponisio.
(1). Lauro Zabala, El Itinerario del Espectador de Cine, Madrid, pág. 8 http://cecad.xoc.uam.mx/librosenlinea/zavala/14recepción.pdf.
(2). Ignacio Andreatta, Simbolismo del Agua, Uruguay, http://arcalucis2.netfirms.com/.